EL CORREDOR DE MONTAÑA DESDE UNA PERSPECTIVA EVOLUTIVA: EXPOSICIÓN DE UN CASO

En la siguiente nota, voy a comentar un caso y una posible explicación que, sin duda, me sorprendió en aquel momento. Resulta que, sin preparar específicamente un ultra-trail de montaña (Perimetral de Benissa 2013), un corredor al que entreno decidió hacerlo, a pesar de aconsejarle lo contrario (como a veces suele pasar en el deporte popular). Esta competición se ubicaba muy cerca de un período de transición en el que la carga de entrenamiento baja muy considerablemente, así que, obviamente, se antojaba muy difícil su preparación y teníamos todas las de perder.

*Kilometraje semanal las últimas 15 semanas antes de la carrera.

Entonces, me planteaba dudas como entrenador, como por ejemplo cómo llegar a un kilometraje y desnivel que garantizara acabar un ultra-trail de 65 kms y 3500m de desnivel, cómo subir la carga (sobretodo el volumen) sin arriesgarnos demasiado a ser un factor que predispusiese a la lesión… Opté finalmente por no correr demasiados riesgos e ir subiendo la carga progresivamente, aún pecando de no llegar a acumular un volumen importante (principal contenido que garantiza el rendimiento en pruebas largas), para afrontar con garantías la carrera.

Por otro lado, llevo ya algún tiempo leyendo sobre la influencia de la evolución de la especie humana en el rendimiento del deportista. Repasando una ponencia del pasado Congreso de Carreras de Montaña de la Universidad Jaume I del Dr. Daniell Boullosa, ya empiezan a casar algunas cosas. Lo que se relaciona con el corredor de ultra-trail es que en la especia humana ha ido sobreviviendo aquel más fuerte y aquel que ha sabido gestionar su gasto calórico. Emprender largos viajes en busca de comida, largos días huyendo de las presas o persiguiéndolas, la característica principalmente nómada de nuestra especie…, nos ha hecho deducir que la eficiencia energética ha sido pieza clave en la supervivencia, por lo que se entiende a la especia humana como seres fundamentalmente aeróbicos, e incluso como seres ultrafondistas.

Así, según este autor, nos deberemos fijar mucho más en los limitantes del rendimiento, que para el corredor de fondo y ultrafondo son la potencia aeróbica máxima, el umbral anaeróbico y la economía de carrera. Este autor recuerda que “no es lo mismo entrenar para competir que entrenar compitiendo, ni lo mismo que competir para entrenar”.  Así que a pesar de saber que en los ultratrail el volumen de entrenamiento es indispensable, necesario y se relaciona directamente sobre el rendimiento, tenemos que entender que genéticamente estamos limitados debido a la evolución de nuestra especie, y que hay que intentar conseguir el máximo rendimiento con la mínima carga posible. Y esto, a su vez, podría tener cierta relación con el entrenamiento polarizado (entrenar a altas y bajas intensidades, evitando las intensidades medias).

En cualquier caso, vemos como un corredor con contenidos encaminados hacia la mejora de la potencia aeróbica y en menor medida el umbral anaeróbico (que era lo que se entrenaba fundamentalmente en ese momento en el grupo de entrenamiento), con relativamente poco volumen de entrenamiento, y después de decidir a falta de pocas semanas que iba a participar, quedó en vigésimo cuarto lugar con un tiempo de 8:49:57 para recorrer 65 kms, y según el propio corredor, unas sensaciones magníficas.

Así que, en cierto modo, cuadraría que somos una especie genéticamente preparada para afrontar largos recorridos... ¿o no?

Bollousa, Daniel (2012). Factores determinantes de la ultra-resistencia: una perspectiva evolutiva. Congreso de Carrera de Montaña Universidad Jaume I.

 

Arcadio Margarit Boscá

 

 

Etiquetas: trail

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