ENTRENAMIENTO CRUZADO DEL CORREDOR (II)
En la pasada nota te contamos qué es y qué actividades podrías incorporar en tu entrenamiento. En ésta, vemos los pros y contras de cada una de ellas y cuáles serían las más idóneas.
En la pasada nota te contamos qué es y qué actividades podrías incorporar en tu entrenamiento. En ésta, vemos los pros y contras de cada una de ellas y cuáles serían las más idóneas.
En las pasadas notas ya vimos en qué consistía eso del entrenamiento cruzado y qué actividades podrían beneficiarnos más como corredores. Hoy, en la última nota de esta serie de tres, nos centramos básicamente en los beneficios que te proporcionan, en qué te pueden ayudar según tu nivel y tu modalidad como corredor y en darte unas premisas básicas para aplicarlo correctamente.
En el primer artículo de una serie de tres, te contamos qué es el entrenamiento cruzado y entre qué actividades puedes elegir.
¿Qué es?
El entrenamiento cruzado es aquel en el que practicamos otros deportes o disciplinas diferentes a la nuestra buscando beneficios para ésta. Por ejemplo, un corredor que practica ciclismo buscando una mejora de rendimiento en su ritmo de carrera. Generalmente, este tipo de entrenamiento se introduce para mejorar el estado de forma y como alternativa a actividades de impacto que pudieran ser más lesivas, como sería el caso de la carrera a pie. Así, a grandes rasgos, se recomendaría para dos perfiles de deportistas que son más susceptibles o que tienen mayor riesgo de lesión.
En esta entrada hablamos de las personas que empiezan a correr o los corredores novatos, ya que dicho tipo de corredor tiene un alto riesgo de lesión en comparación con aquellos que corren habitualmente. Esto es un hecho, y más teniendo en cuenta que correr es una actividad de impacto. Al final de dicho artículo, exponemos unas recomenaciones prácticas tanto para corredores novatos como para aquellos que llevan más tiempo corriendo.
Les lesions esportives es relacionen directament amb la salut i amb el rendiment: amb la salut, està clar, ja que qualsevol mecanisme que danye el nostre organisme va a perjudicar-nos; i amb el rendiment, és un limitant perquè interrompem els procés d’entrenament total o parcialment, amb l’empitjorament o estancament que això pressuposa. Aleshores què podem fer? Doncs prevenir-les.
ACTUALIZADO 24/1/20
La banda iliotibial (BIT) es considerada una fuerte continuación tendinosa del tensor de la fascia lata (TFL) y del glúteo mayor, que se origina en la cresta ilíaca insertándose en el tubérculo de Gerdy de la tibia (Foch & Milner, 2014b; Fredericson & Weir, 2006; Fredericson & Wolf, 2005; Pettitt & Dolski, 2000). Principalmente, la BIT tiene una función estabilizadora lateral de la cadera y de desaceleración en el movimiento de aducción. Además, la BIT asiste al TFL como abductor de cadera así como en la estabilización anterolateral de la rodilla. Por todo ello, un incremento en la aducción de cadera y una rotación interna de la rodilla podrían producir una mayor tensión sobre la BIT (Fredericson & Weir, 2006; Brian Noehren, Davis, & Hamill, 2007).
Por otra parte, tenemos en cuenta que las fuerzas de fricción entre la BIT y el cóndilo lateral del fémur se acentúan en alrededor de los 30º de flexión rodilla (Fredericson & Wolf, 2005) lo cual ocurre en la primera mitad de la fase de contacto del gesto de carrera (Orchard, Fricker, Abud, & Mason, 1996). Por tanto, tal y como ocurre en la carrera, la flexión y extensión repetida de la rodilla implicaría que la banda iliotibial se mueva repetitivamente sobre el cóndilo lateral del fémur en dirección anteroposterior. Todo ello, agravado por diferentes factores de riesgo, podría provocar una inflamación de la banda iliotibial (Lakkol, Singisetti, & Anand, 2010) que desencadenaría en dolor en la cara lateral de la rodilla, lo cual es conocido como síndrome de la banda iliotibial (SBIT).