ENTRENAMIENTO CRUZADO EN EL CORREDOR (I)
En el primer artículo de una serie de tres, te contamos qué es el entrenamiento cruzado y entre qué actividades puedes elegir.
¿Qué es?
El entrenamiento cruzado es aquel en el que practicamos otros deportes o disciplinas diferentes a la nuestra buscando beneficios para ésta. Por ejemplo, un corredor que practica ciclismo buscando una mejora de rendimiento en su ritmo de carrera. Generalmente, este tipo de entrenamiento se introduce para mejorar el estado de forma y como alternativa a actividades de impacto que pudieran ser más lesivas, como sería el caso de la carrera a pie. Así, a grandes rasgos, se recomendaría para dos perfiles de deportistas que son más susceptibles o que tienen mayor riesgo de lesión.
- Aquellos que acumulan gran volumen de entrenamiento. De hecho, el volumen del entrenamiento de la carrera a pie es altamente predictivo del índice de lesiones.
- Y aquellos que se inician, con o sin sobrepeso, y que requieren de ciertas adaptaciones previas.
¿Entre qué actividades puedes elegir?
Las disciplinas que más comúnmente se utilizan o más recomendables serían las siguientes:
- Ciclismo de montaña y/o carretera (también el ciclismo indoor).
- Esquí de fondo.
- Patinaje (o máquina del patinador).
- Máquinas de gimnasio como la elíptica o el stepmill (máquina de subir escaleras).
- Senderismo/caminatas.
- Natación.
U otras menos comunes como:
- Escalada.
- Actividades acuáticas: aquarunning, aquagym…
- O deportes como tenis, fútbol, básquet…
Un ejemplo de corredor que debe acumular un gran volumen de entrenamiento sería Kilian Jornet que, como tantos otros corredores de montaña, dedican gran parte de la temporada al esquí de fondo, quitando así impacto a sus articulaciones. En todo caso, la selección o no de estas actividades se debe regir especialmente por el principio de la transferencia, es decir, que su práctica beneficie a la actividad objetivo. Si una actividad no mejora la que yo quiero mejorar, no me interesaría desde el punto de vista del rendimiento.
En este sentido, hace unos años, el principio de la especificidad (si quiero mejorar en una actividad tengo que realizar dicha actividad) tenía más peso, pero desde hace ya algún tiempo se han visto y consolidado los múltiples beneficios del entrenamiento cruzado. Por tanto, lo que está claro es que para rendir corriendo hay que correr, sí, pero hay otras actividades que, siendo menos “agresivas”, también mejoran el correr. Así que quizá la balanza está en ganar seguridad restando en cierto modo especificidad.
En el próximo artículo te contamos qué actividades serían más beneficiosas y provocarían una mayor transferencia positiva a la carrera a pie.
Arcadio Margarit
Etiquetas: resistencia, running, trail, prevención de lesiones, entrenamiento cruzado