Determinadas variables biomecánicas nos sirven para monitorizar y testear posibles adaptaciones al entrenamiento a medio y largo plazo. Básicamente, cuando una estructura de hace más fuerte y/o más funcional, podrá ser ‘mostrado’ a través de algunos cambios.
De lo general a lo específico’ y ‘de las debilidades a las fortalezas’. Es decir, a medida que se acercan las competiciones principales, 1) lo específico (lo que más de parece a la competición) gana relevancia frente a lo general (lo que menos se parece) y 2) las fortalezas se trabajan más y se tratan de explotar frente a las debilidades, que suelen trabajarse más lejos de competición Esto son consignas que, especialmente desde la lógica y el empirismo, están arraigadas y se han aplicado en el proceso y la planificación de entrenamiento. De esa manera, se tienen en cuenta tanto los requerimientos, demandas y exigencias de competición como, en parte, la individualidad del corredor o la corredora. Y es que, al final, durante la temporada (y vida deportiva) se ponen en una balanza diferentes aspectos que ganan o pierden peso en función de lo que se quiera priorizar. En esta nota, vamos a poner en tela de juicio y analizar algunos de ellos.
Analogía desde los sistemas complejos y el ejercicio físico
Recientemente (o ya no tanto), la teoría de los sistemas complejos ha cobrado mucho interés y fuerza en las ciencias del deporte y del ejercicio. Ha provocado un cambio de paradigma en muchos de nosotros a la hora de aplicar, evaluar o analizar procesos como la fatiga, las adaptaciones y/o en la monitorización. En este sentido, los sistemas complejos nos ‘complican’ (por huir de relaciones demasiado simplistas) a la vez que paradójicamente nos facilitan (por darle solidez al conocimiento de la realidad) la comprensión de procesos que suceden en el organismo y nos obliga a convivir con parte de desconocimiento e incertidumbre. Pero esta parte de desconocimiento y de duda de lo conocido no significa que no podamos analizar, y en parte entender, qué pasa en el cuerpo humano desde la perspectiva del entrenamiento. ¿Y qué tiene esto que ver con la economía de un pueblo? Sin intención de ser reduccionista, vamos a ello.
La intensidad en una prueba de cualquier deporte de resistencia, como es el trail running, vendrá marcada por el tiempo en completarla y por el nivel y condición física del corredor o corredora. Por un lado, a mayor duración de una prueba, menor intensidad relativa (p.e., a un porcentaje menor del consumo máximo de oxígeno). Por ejemplo, la intensidad relativa de una prueba de 2 horas va a ser mayor que una prueba de 5 horas. En esta línea, una misma prueba puede tener una intensidad relativa completamente diferente para dos corredores en función del tiempo que tarden en completarla. Así, un deportista entrenado será capaz de correr a una mayor intensidad relativa que otro de menor nivel una determinada distancia por el simple hecho de que tardará menos en acabarla.
El FTP (umbral funcional de potencia) es una variable muy usada por entrenadores especialmente para cuantificar el entrenamiento y evaluar el rendimiento. Por ello, y especialmente en carreras de montaña donde suele ser más difícil conocer el nivel y la condición física de manera específica del corredor, conociendo dicho FTP podemos evaluar un parámetro determinante del rendimiento.