TIPOLOGÍA DEL CORREDOR E INFLUENCIA DEL TIPO DE FIBRAS EN LA RECUPERACIÓN
Seguramente conoceremos a corredores que recuperan muy rápido de un entrenamiento y a otros que arrastras dolor muscular varios días; conoceremos a corredores que son rápidos y 'explosivos' que parecen que vayan con queroseno y otros que, por el contrario, parece que vayan con pilas Duracel o con un depósito diesel. Y eso tiene que ver con nuestra genética pero, ¿concretamente con qué?
Recientemente se ha publicado un estudio de Lievens et al. (2020) en el que básicamente se describe que, aquellos deportistas con un porcentaje mayor de fibras rápidas frente a deportistas con un porcentaje mayor de fibras lentas comparativamente, recuperaban peor y de manera más lenta frente a un esfuerzo de alta intensidad. O sea, que aquellos en los que predominan las fibras lentas (los 'diesel') recuperarían mejor. Y esto tiene toda la lógica, puesto que las fibras lentas son aquellas que, a pesar de generar menor potencia, tardan más en fatigarse y, en consecuencia, recuperar mejor frente a un esfuerzo. En consonancia con esto, en este también reciente estudio de Bellinger et al. (2020) en el que se investigó la recuperación de corredores y corredoras de mediofondo altamente entrenados (VO2máx de +-73 y 63 ml/kg/min respectivamente), se vio que aquellos y aquellas con un mayor porcentaje de fibras tipo I (en este caso en los musculos gastrocnemios) eran capaces de tolerar mayor volumen de entrenamiento y conseguir mejores adaptaciones que aquellos con una dominancia mayor de fibras tipo II, los cuales era más propensos al sobreentrenamiento y a una necesidad de mayor tiempo de recuperación.
No obstante, el problema es que solamente podemos averiguar nuestro porcentaje de fibras lentas vs rápidas sacando un trocito de músculo (p.e. del cuádriceps) a partir de biopsias musculares o bien resonancias magnéticas con técnicas avanzadas. De todas formas, conociendo cómo recuperamos o recupera nuestro deportista, podemos intuir ya qué 'tipología' de corredor es. También, como hipótesis (y solo hipóstesis), aquellos corredores con un mayor drift cardivascular (aumento de la frecuencia cardíaca) a un ritmo constante podrían hacer intuir un perfil más potente frente a resistentes (para más información leer aquí). No obstante, lógicamente el cómo recuperamos vendría dado por varios factores: entrenamiento realizado, tipo de competición, estrategias postcompetición... Además, tal y como apuntaba Timothy Noakes en su libro Lore of Running, el daño muscular (y por tanto el tiempo de recuperación) se vería aumentado por un mayor tiempo corriendo en fatiga (p.e. por una estrategia con un ritmo decreciente frente a creciente).
En todo caso, el observar ciertos tipos de aspectos (cómo recupera, perfil de resistencia, drift en entrenamientos...) nos ayudará a conocer puntos fuertes y débiles y, especialmente, a individualizar tanto la recuperación como el entrenamiento. Y lo positivo es que se puede entrenar ya que, como se suele decir, la genética predispone y el entrenamiento dispone.
Arcadi Margarit
Foto: Alexis Langa en la Ultratrail Perimetral Benissa de 2013. De los primeros corredores a los que pude entrenar, con un perfil muy resistente y una más que probable tipología de corredor mayoritariamente de fibras lentas.