El pie es un elemento básico y fundamental de nuestro organismo. Una obra de ingeniería muy compleja compuesta por 28 huesos unidos por numerosos músculos, tendones y ligamentos, formando 6 grandes grupos de articulaciones que son: el tobillo, la articulación subastragalina, la articulación de Chopart, articulación de Lisfranc, articulaciones metatarsofalángicas y articulaciones interfalángicas. En conjunto, estas articulaciones se encargan de acomodar el pie al terreno que pisamos, distribuir el peso y hacer posible la marcha del ser humano.
Podríamos describir la velocidad en el corredor como el producto de la longitud de zancada por la frecuencia de ésta, denominando a esto último cadencia. Por tanto, hay dos formas de correr más rápido: mover las piernas más veces por minuto o dar los pasos más largos. O dicho de otra manera, cuanta más larga sea mi zancada y cuantas más veces por minuto sea capaz de dar la zancada, más rápido seré. Pero, ¿cómo optimizar esta fórmula? En esta nota nos centraremos en cómo encontrar la cadencia ideal.
A continuación, presentamos un decálogo que hemos ido modificando a lo largo del tiempo, donde establecemos una serie de consejos y pautas que el deportista debe considerar para poder seguir los entrenamientos de la mejor manera posible, para mejorar su rendimiento, para conseguir su objetivo y para reducir el riesgo de lesión. Sin embargo, aunque para realizarlo hemos considerado las necesidades y peculiaridades del deportista de resistencia, este decálogo puede ser aplicable a muchos otros deportes.
A raíz de alguna quedada con los amigos durante el fin de semana, disfrutando de la compañía, charlando, viendo alguna retransmisión deportiva y demás, me he parado a reflexionar sobre algunos aspectos. Así, el motivo de este “artículo”, si es que se puede llamar así, no es difundir algún conocimiento teórico o práctico, sino opinar, transmitir y mejorar, como profesional de la actividad física y el deporte, lo que sucede en mi entorno más o menos cercano, creyendo que se puede extrapolar a muchos contextos y grupos de personas.
La recuperación es un factor esencial del entrenamiento, y sin ella, el día o días siguientes a la sesión o competición se va a entrenar con menor calidad o no se va a poder seguir la planificación como es debido, y por tanto, no se van a dar los efectos que hemos programado. Se va a crear un círculo vicioso donde entrenaremos sin estar total o parcialmente recuperados (depende de la planificación) y esto podrá tener algunas consecuencias de riesgo como el sobreentrenamiento o el aumento de la probabilidad de lesión. Es decir, que realizar una adecuada o menos adecuada recuperación va a influir directamente sobre nuestro estado físico a corto y largo plazo (alarga o acorta nuestra vida deportiva), y por ende, sobre nuestra salud y rendimiento.
La recuperación es el proceso a través del cual pasa el atleta para volver a estar listo para rendir (Dan Bernardot, 2003)